La Casita de Mar

Una mística atmósfera, rodeando a su mirar,
Enredado en sus recuerdos, abrazado a esa alta mar,
Una casita azul es su tiempo en la vida,
Una lejanía que sin querer le aferra a su angustia.

Madera que se entumece al pasar quizás un vaivén de olas,
Pero es tan intenso el sentir que sólo el corazón flota en mi sueño,
Una casita que es suya y mía al mismo tiempo,
Como un navío a la deriva,
como es apasionado amor que sin ser corteja nuestros sueños.

Los suyos y los míos son pasiones y juntas de mi casa,
La pintura envejecida y a la vez nueva nos recuerda momentos que han naufragado,
En la casita de madera todo yace pacíficamente bajo el sol,
Con la mar calmada y con nuestras pasadas, presentes y futuras eternas miradas.

Pareciera que navegamos en este barco sin velas,
Que volamos en ese intenso quehacer de olas en mi sueño,
Pero una sonrisa inacabada ocupa mi mente,
Pelo que se enreda en mis manos y no puedo cogerlo,
Alguien que habla y me hace ver que no es mi locura la creadora de tanto en mi sueño.

Y sentimos “pasión” y yo que la casita no avanza,
Que nuestro amor sigue esperando al compás de nuestras almas,
Que no hay peces ni pájaros para ahuyentar nuestro mutuo y temeroso encuentro,
En la casita de mar el tiempo no pasa, y aguarda entre las olas,
Esas simples almas que la crearon en su nada,
Pero que flota y existe para la pasión
De quizás dos futuras personas enamoradas.

rancaru

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