Creyente de vida, creyente de fe

En un día cualquiera
vi la mar lejana,
más no podía imaginarla
sin ese pez en sus aguas.

Pez representando vida
pez representando almas,
una sola única presencia
de la naturaleza sobre las aguas.

Pez quisiera ser yo
vida representativa sería,
imaginándome en el océano
en su gran inmensidad y lejanía.

Pero ese pez de vida
en la muerte quedaría,
confiscados sean sus bienes
acabada sea la doctrina.

Ninguna persona puede ser pez
ninguna persona puede ser representativa,
pues si una sola de ellas fuera
ningún ejemplo mundial quedaría.

Tan sólo puedes ser tú la luz
tan sólo tú pez de vida,
eres el único que nos puedes guiar
y enseñarnos a buscar nuestra comida.

Esa comida que llene,
ese alimento que brilla,
que nos hace tener fe,
esa fe que nos maravilla.

Pues ella es el camino,
y es la que se esconde al destino,
destino que se bifurca,
la maldita bifurcación del desatino.

Pues nos equivocamos muchas veces
y Él nos ha perdonado otras cuantas
pero nosotros no hacemos caso
ni siquiera nos damos cuenta de nuestra ignorancia.

No nos dimos cuenta de su cariño,
no distinguimos ni a su Hijo,
Hijo que nos traía la salvación
y con Él fue con quien marcamos la religión.

Tomamos vida prestada,
la arrancamos como si nada,
la sacrificamos como si fuera por derecho,
lo apartamos al cenit de nuestro pensamiento
o eso es lo que creíamos,
pero no lo conseguimos
nos dio un golpe bien hecho,
resucitó, y sin aliento nos dejó.

Un aliento que hemos recuperado,
porque sabemos que nos has perdonado,
demostraste que nos querías,
diste hijo por humanidad,
quien quiera que seas,
Dios de nombre seguro tendrás.

Pues nos quieres como a propio hijo,
nos amas por encima de la mortalidad,
nos quieres y nos lo has demostrado,
ahora es la época
en la que debemos de poner de nuestro lado.

Tenemos que creer en Él,
tenemos que adorarle,
bendecirle y darle gracias,
abrazarle y suplicarle.

Pedir perdón por lo que hicimos en años atrasados,
arreglar lo que estropearon nuestros antepasados,
he ahí la manera,
de que Dios esté otra vez de nuestro lado.

Porque Él está esperando eso,
y eso es lo que le exclamo yo,
espérame voz de mi conciencia
espérame mi Salvador,
déjame contigo volar
permíteme soñar
duérmeme entre tus caricias
llévame a la felicidad.

Llévame allí con alma,
condúceme hacia mi pasión
porque quiero estar contigo
y abrazarte como a un amigo,
por eso te repito:
espérame, luz de mi destino.

No me dejes atrás,
no me dejes en el camino
porque si no consigo estar contigo
mi vida carecería de sentido,
lloraría desesperado, lloraría amargado,
soltando lágrimas, que contendrían fe de mi ser cristiano.

rancaru

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