
Tu luz siega mis ojos,
la razón se esconde en tu cuerpo,
la mía ni siquiera la siento,
porque es tuya flor del prendimiento.
Los ojos de una niña
fueron los tuyos vida mía,
encantos de brujería,
rondaban por ellos todo el día.
Los ojos son el alma,
y el alma es la vida,
si esto que he dicho es cierto,
eres luz, amor y por supuesto,
esperanza mía.
Y por eso ahora pienso:
que tus ojos me dicen algo,
que tu pelo me trae recuerdos,
que tu cara me hace ir contigo,
pero tú eres quien me ha hecho ir al olvido,
eres tú lo que me atraes,
eres tú lo que anhelo,
por ti caería en desgracia y sufrimiento,
por eso te quiero decir:
¡Ven conmigo, que ya ni siquiera siento!
Porque mis sentidos son tuyos,
y es verdad lo que te digo,
mi vista la robaron tus ojos,
mis oídos se fueron con tu voz,
cuando estoy contigo termino enmudecido
y el tacto se me ha ido,
pues aquella vez que bailamos,
aquella vez que jugamos con música en los oídos,
te tuve que coger en mis brazos,
y juro por mi propio sino,
que me quedé tembloroso,
con ganas de abrazarte más fuerte,
que incluso a mi propio destino.